Un estudio internacional encontró evidencias de que el aumento en la temperatura del planeta genera una mayor caída de nieve sobre la superficie.
La conclusión puede parecer contradictoria. Cuánto más se calienta el planeta, más nieve cae sobre la Antártida. Sin embargo, así lo confirma un estudio publicado en la revista Nature.
Durante años, los investigadores sospecharon que la cantidad de nieve que cae sobre el continente aumenta en coincidencia con el calentamiento del planeta. Al mismo tiempo, las estimaciones proyectaban que esta mayor cantidad de nieve sobre la superficie de la Antártida podía tener efectos negativos sobre los niéveles de los océanos. Sin embargo, hasta el momento, los estudios matemáticos no coincidían con las mediciones que se obtenían en el campo.
“Es lógico que si la temperatura aumenta y la humedad que aumenta en la atmósfera luego se convierta en nieve que caiga sobre la Antártida. El problema es que durante los últimos 50 años no pudimos verificarlo a través de observaciones. Por las variaciones del clima es muy difícil documentar la relación entre los cambios de temperatura y la acumulación de nieve”, dice el Dr. Peter Clark de la Universidad de Oregón, uno de los autores del estudio.
El hielo, testigo de la historia
Para poder encontrar datos que verificaran su teoría, el Dr. Clark y sus colegas de las universidades de Wisconsin-Madison, Potsdam y Utrecht, compararon los registros de cambios en la temperatura del planeta con la acumulación de nieve sobre el suelo Antártico a través del uso de testigos de hielo. Estos enormes cilindros de hielo, extraídos de la capa de hielo que recubre la Antártida, registran la acumulación de nieve a lo largo del tiempo y contienen en su interior información sobre las condiciones del clima en cada momento de la historia.
Para hacerlo estudiaron piezas de un período de 21 mil a 10 mil años de antigüedad, posterior al fin de la Era de Hielo.
De esta manera, encontraron que la temperatura de la Antártida subió a un ritmo de 5° a 10° grados durante ese período y que por cada grado que aumentó, hubo un incremento en la caída de nieve del 5%.
De esta manera, pudieron corroborar que los resultados que surgían de los modelos matemáticos coincidían con la información contenida en el hielo.
“Los resultados indican que la caída de nieve va a continuar teniendo efectos sobre el nivel de los océanos, aunque un 20% inferiores a los suponíamos anteriormente”, aclaró el investigador.