Un Colorido Baño de Amor
Iván Figueroa, MD
Sentados en una posición cómoda con nuestra espalda vertical y nuestra cabeza erguida visualicemos una fuente de fuerza o energía espiritual que nos haga sentir protegido. Por ejemplo, la figura del sagrado Corazón de Jesús, de apariencia joven, sonriente y de pie, con sus brazos abiertos y emanado rayos de luz multicolor desde el centro de su corazón hacia el corazón nuestro, en el cual existe una pequeña semilla en su centro.
Entendamos el significado del ejercicio. Jesús representa la manifestación humana del Espíritu Santo que es la fuerza del Amor que nos dejo Dios después de partir su hijo. Los rayos multicolores representan las infinitas maneras de cómo se pude manifestar el Amor entre nosotros. La semilla en nuestro corazón representa la forma latente en que reside en el hombre ese amor.
Según esos rayos de luz llenan nuestro corazón sintámonos amados y protegidos por el Amor de Dios y observemos como la pequeña semilla empieza a abrirse y a su vez emana los múltiples colores del Amor hacia todas partes. Inicialmente imaginemos que esos colores nos dan un baño de amor y van a todos las partes de nuestro cuerpo, especialmente aquellas en donde hay algún malestar y veamos como este es pacificado y sanado.
Luego que la alegría y el bienestar nos han llenado, vamos a compartir el mismo con todos los seres humanos, especialmente con aquellos que nos han lastimado por su ignorancia del amor.
Visualicemos que desde nuestro corazón parten rayos multicolor hacia todos o seres humanos sin distinción, incluyendo a los ya partido del mundo y aquellos que en nuestra forma de pensar han traído sufrimiento a nuestras vidas, dediquémosle uno minutos a esta acción y luego descansemos nuestra mente en el silencio por unos minutos adicionales. Acabemos dando gracias por esta oportunidad. Hagamos este ejercicio todos los días al levantarnos y acostarnos.
Al final, para mantener nuestra mente en un estado de tranquilidad mental, imaginemos que nuestros pensamientos son como nubes en el cielo y que nuestro estado de paz natural es como el azul del cielo. Dejemos pasar nuestros pensamientos como si fueran nubes sin seguirlos y concentrémonos en el azul del cielo, nuestro estado natural. www.ivanfigueroaoteromd.com