Según documento conservado en los Archivos Arquidiocesano de Caracas, en la Sección “Parroquia de San Felipe", del Libro No. 9, para el 24 de Octubre de 1791, ya existía un Barrio llamado de Cantarranas, más allá de la cuadrícula que se conoce de la ciudad de San Felipe El Fuerte, erigida en los terrenos conocidos como Valle Hondo, que le fueron comprados al rico comerciante Don Francisco de Mampolao y Soler en 1699. Este documento parroquial originalmente registrado en 1792, fue compilado en el texto “Documento para la Historia de la Ciudad de San Felipe El Fuerte”, de Manuel Pinto C, con prólogo de Nicolás Perazzo y editado en Caracas 1969.
“Don Pedro Amaral, vecino de la ciudad de San Felipe, encargado de la recolección, custodia y distribución de las limosnas que la devoción a Nuestra Señora la Virgen María en su título de la Candelaria piadosamente franquea al mayor culto, veneración y devoción de la Señora como haya lugar parezco y digo; que muchas personas avecinadas en el barrio que nombran de Cantarranas de esta ciudad que anhelan fervorosamente que en él se fabrique una capilla o ermita ínterin que otra cosa se consiga de la piedad de nuestro soberano, donde se diga misa los días de precepto, de cuyo beneficio espiritual carecen infinidad de almas de aquellas inmediaciones y campesinos colindantes, por la mucha pobreza en que están constituidas y allí podrá concurrir con el ropaje que les permita su indigencia, a cuyo efecto don Francisco Miguel de la Sierra de este vecindario tiene asegurada la fundación de una capellanía de tres mil pesos, para el presbítero servidor; y por otra parte otro vecino dejó por su testamento mil pesos para la fábrica material como consta de los documentos que manifiestan en las más bastante forma”
En este texto se reconoce al barrio Cantarrana con una historia de más de 226 años de existencia. Don Pedro Amaral vecino influyente de San Felipe El Fuerte, devoto de Nuestra Señora de la Candelaria, aboga por la construcción de una capilla o ermita para celebrar misas a los vecinos del barrio de Cantarranas. Con esta declaración se demuestra que este fértil territorio, propicio para la siembra de plantaciones de cacao, ubicado fuera de la ciudad, estaba poblado por campesinos ya evangelizados, en su mayoría españoles mulatos, indios fieles reducidos a las misiones y negros, identificados como miembros muy pobres o en indigencia, requieren esta construcción para que no sigan asistiendo a la Iglesia con el nombre de Nuestra Señora de la Presentación, donde acudían españoles, mantuanos, plebeyos blancos y pardos con medios de fortunas.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Presentación fue visitada el 3 de enero de 1782 por su Señoría Ilustrísima, Monseñor Doctor Don Mariano Martí, Vigésimo Cuarto Obispo de Caracas, para realizar un censo en la ciudad, pero en el censo realizado, ni en ninguna otra parte, se menciona relación alguna con respecto a estos territorios y campesinos, vecinos pobres del barrio de Cantarranas, quienes, al tener un idioma común, estar organizados, tener pertenencia y movilidad social, son reconocidos como sanfelipeños y son apoyados por las autoridades y los vecinos de San Felipe El Fuerte en este anhelo y así disuadir a los pobladores de este territorio acudir a este elegante templo.
Después del Terremoto del 26 de marzo de 1812, la ciudad de San Felipe “El Fuerte” quedó totalmente devastada y fue necesario comenzar a construir una nueva ciudad un poco más arriba, en terrenos que ya eran habitadas por familias que vivían a su alrededor y pequeñas haciendas. Ya existía el Barrios de Cantarranas y quizá también El Panteón, al norte de la otrora ciudad que desapareció totalmente, dispersándose dentro de la nueva comunidad las clases sociales.
Después de 1812 el barrio de Cantarranas perdió además su pluralidad y así como los renacuajos pierden su cola, quedó su nombre simplificado como Cantarrana, situado al sureste del San Felipe actual, que es la Capital del Estado Yaracuy en Venezuela.
El nombre de Cantarrana se corresponde con un territorio bajo, en la pendiente inclinada del cerro Chimborazo, fangoso, lluvioso y por ende muy húmedo, cruzado por varias quebradas, como el zanjón de Blasina, el zanjón de Burgos, la barranca amarilla y el Río Yurubí, según dicen los actuales habitantes, era un terreno de muchos matorrales y zanjones, poblado por abundantes “ranas” batracios cantarines muy comunes en estos lugares.
La mayoría de las familias que habitan el Barrio Cantarrana se cree provienen de San Felipe “El Fuerte”, otros se vinieron en el Ferrocarril Bolívar, desde Aroa, El Hacha, Palmarejo y Tucacas, cuando las Minas de Aroa fueron consideradas agotadas, declarándose así la paralización económica y comercio-industrial de esta pujante región, que luego detuvo el Tren que lo movía todo. Muchos de estos nuevos pobladores, se ubicaron en las cercanías de la antigua estación del ferrocarril en San Felipe, al comienzo de la Calle 13, apostando al reinicio de las actividades de las minas y del ferrocarril, cosa que nunca sucedió.
Los límites actuales del barrio Cantarrana son por el Norte: el barrio Zumuco. Por el Sur: El Parque San Felipe El Fuerte, desde la Av. Caracas con la Av. 2ª o 19 de Abril hasta la Calle 7, bajando por esta, en línea recta, hasta la Calle de Servicio de la Av. San Felipe El Fuerte, antigua Carretera Panamericana. Por el Este: la Avenida La Paz y el Río Yurubí y por el Oeste: el barrio El Panteón